13 diciembre 2017
¿Por qué la gente se siente deprimida durante los días festivos? Quizás el tratar de superar la depresión aumenta la presión de la vida.
Mi vecina y yo nos paramos frente a los buzones cerca de la acera, conversando sobre la vida. Ella suspiró. “Las cosas están mal por todos lados. Más tiroteos todo el tiempo. Parece que no puedo salir de la deuda, y mi trabajo está en juego.”
“Lo siento mucho,” dije con la esperanza de darle un poco de consuelo. “La vida no depende de nosotros … depende de Dios. Él proporciona, guía y consuela a todos los que lo llaman.”
Ella gruñó. “No todo el mundo tiene la perspectiva que tienes,” dijo.
¿Pero era mi perspectiva o la verdad que Dios repite una y otra vez que Él nunca quiso que viviéramos una vida de pesimismo sin importar qué malas noticias pasen por nuestra mente, a través de la pantalla del televisor o de Internet?
A pesar de que no es Su plan, todos sucumbimos a la tentación de revisar las últimas noticias. Y esos detalles se mezclan con los conflictos personales que no parecen parar. Con razón que muchos se sientan mal, deprimidos, derrotados y desanimados.
¿Quién tiene la respuesta?
Solo una persona, activa, atenta, consciente y dispuesta a darte la respuesta correcta, la promesa confiable y la garantía duradera. Su primer señal fue en la cruz, Sus brazos abiertos, Su corazón sometido, y Su amor abundante.
Él dijo en Su acción y en Sus palabras también: “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza,
nuestra ayuda segura en momentos de angustia.” (Salmo 46:1).
¿Qué opinas sobre esa tranquilidad definitiva? ¡La confianza profunda y la garantía para toda la vida! Lo tomó todo: el dolor, la angustia, la soledad para que no tuvieras que hacerlo.
Las emociones van y vienen, los sentimientos son engañosos, pero Su ayuda está siempre presente, siempre abundante y siempre disponible
Es por eso que no asumimos la tarea de superar la depresión. Él ya lo ha superado. Jesús, en la cruz, ya “sintió” el dolor para que no tengas que hacerlo.
Él venció para que no tuviéramos que estar en la batalla. Él triunfó para que no tuviéramos que pelear. Y cantó la victoria para que no tuviéramos que buscarla por nuestra cuenta.
Ora conmigo: Padre, estoy cansada de luchar con los sentimientos de depresión. Te pido que abras mis ojos para ver tu mano trabajando para sanarme. Y para recibir tu gracia para levantarme de mi oscuridad. En el nombre de Jesús, Amén.
¿Cuándo le darás tu depresión a Aquel que murió para liberarte?
Janet